Muchas veces llegamos a la casa y preguntamos a nuestros hijos ¿Cómo te fue en el colegio? A lo que responden: “bien” o “no me acuerdo”, les ha pasado que obtienen esas respuestas, algunos se sienten muy frustrados e intentan volver a preguntar, pero pocos padres obtienen respuestas detalladas sobre los aprendizajes logrados, las actividades realizadas en el recreo o anécdotas ocurridas con sus padres, entonces, ¿Qué podemos hacer para fomentar una mejor comunicación con nuestros hijos? Aquí algunos consejos prácticos:
Preguntas abiertas: En lugar de preguntar “¿Cómo te fue hoy?”, intenta con preguntas más abiertas y específicas como:
“¿Cuál fue tu momento favorito del día?”
“Si pudieras cambiar algo de la escuela, ¿Qué sería?”
“¿Cuál es tu lugar favorito de la escuela?”
“¿Cuál fue el mejor y el peor momento del día para ti?”
“¿Qué fue lo primero que comiste de colación hoy?”
“¿Cómo se llaman los niños que se sientan a tu lado?”
“¿Cuáles son los tres niños con los que más hablaste hoy?”
“¿A quién invitaste a jugar primero y qué jugaron?”
“Si mañana pudieras ser maestro, ¿Qué harías?”
Estas preguntas no solo estimulan una respuesta más detallada, sino que también muestran a tus hijos que te interesas genuinamente por su día y sus experiencias.
Vuelve el momento lúdico y chistoso: A veces, hacer de la conversación un momento divertido puede ayudar a que los niños se abran más. Puedes hacerlo imitando a su profesor de forma graciosa o usando voces divertidas al formular las preguntas. Este enfoque no solo relaja el ambiente, sino que también les demuestra que hablar de su día puede ser un momento agradable y libre de tensiones.
Crear rutinas de conversación: Establecer momentos específicos del día para conversar, como durante la cena o antes de dormir, puede ayudar a crear un hábito de comunicación.
Escuchar sin interrumpir: A veces, lo que nuestros hijos necesitan no es un consejo, sino simplemente ser escuchados. Mostrarles que estamos realmente interesados en lo que tienen que decir, sin interrumpirles, puede hacer que se sientan más cómodos compartiendo.
Evita juzgar o categorizar lo que cuentan: Es importante que los niños sientan que pueden hablar sin ser juzgados. Si etiquetamos lo que nos cuentan como “bueno” o “malo”, ellos podrían percibirlo como una crítica. En lugar de eso, muestra interés y curiosidad sin emitir juicios, lo que les dará confianza para seguir compartiendo sus experiencias.
Modelar la comunicación: Compartir nuestras propias experiencias y sentimientos puede animar a los niños a hacer lo mismo. Si hablamos de nuestro día, ellos pueden sentirse más inclinados a hablar del suyo.
Hacer buenas preguntas es la clave para conectar con nuestros hijos. No subestimemos el poder de una pregunta bien formulada; en ella reside la oportunidad de abrir la puerta a conversaciones más profundas, de entender mejor a nuestros hijos y de fortalecer el vínculo que compartimos con ellos. La comunicación entre padres e hijos es mucho más que una simple charla sobre el día. Es una herramienta poderosa para construir relaciones sólidas, para entendernos mejor, y para apoyar el desarrollo emocional de nuestros hijos.
Te cuento que a mí me funciona mucho aprovechar el trayecto en el auto. Es un buen momento para conversar sin distracciones. Evito que usen pantallas durante el viaje y convierto esos minutos en un espacio de conversación familiar. A veces, una simple charla en el auto puede abrirnos una ventana al mundo interior de nuestros hijos que no habríamos descubierto de otra manera.
¡Si te funciona, entonces compártelo!
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